Desde hace unos años se habla del impacto que tendrá la introducción de determinadas innovaciones tecnológicas en las empresas (robotización, inteligencia artificial, impresión 3D, Big Data…) sobre la economía mundial y especialmente sobre el futuro del trabajo. Numerosos estudios alertan sobre la posible pérdida de millones de empleos en los próximos años por las transformaciones que la digitalización va a introducir en los procesos productivos y en la propia organización de las empresas.
Un reciente informe de la consultora PwC estima que España se verá afectada por sucesivas oleadas de digitalización, la última de las cuales, a partir de 2030, podría hacer desaparecer el 34% de los puestos de trabajo existentes. En sentido contrario también hay estudios que relativizan esta posible pérdida empleos, ya que se verá compensada por la creciente demanda de nuevas ocupaciones ligadas a la tecnología.
El Consejo Económico y Social (CES) ha publicado un informe que explora los efectos de la Digitalización de la economía española sobre los diferentes sectores económicos, su impacto sobre las competencias y cualificaciones profesionales, y su repercusión en las condiciones de trabajo y en las relaciones laborales. El informe señala que España se sitúa a la cabeza de Europa en determinados aspectos de la digitalización como es el despliegue de fibra óptica, hecho que también resalta el informe La Sociedad Digital en España 2017 de la Fundación Telefónica. También destaca que España es uno de los países más avanzados en el desarrollo de la Administración electrónica, registrando un elevado nivel de interacción por medios electrónicos entre los ciudadanos y la administración. Sin embargo, en términos generales estamos por detrás de otros países en el proceso de digitalización y especialmente lo estamos en el uso avanzado de la tecnología digital por parte de las empresas, siendo esta brecha aún más profunda en las pymes.
En el ámbito laboral el informe recoge una serie de propuestas orientadas a preparar a los trabajadores para los cambios que se producirán en sus trabajos y para la automatización de ciertos puestos. Indica que la formación es clave para lograr perfiles profesionales adaptados a las nuevas tecnologías: los trabajadores necesitan disponer de formación que les ayude a mantener sus competencias actualizadas o a recualificarse para adquirir las habilidades adecuadas para el futuro. En el ámbito educativo también propone medidas para promover un mayor desarrollo de las capacidades científicas y técnicas de los alumnos e incrementar el peso de las titulaciones en carreras técnicas o STEM, por sus siglas en inglés (ciencia, tecnología, ingeniería y matemática).
Un estudio más reciente de la Fundación Diálogo Social, Economía Digital: su impacto sobre las condiciones de trabajo y empleo, trata de mostrar las transformaciones que están sucediendo en las condiciones de empleo y trabajo en empresas que ya están experimentando la digitalización. En él se analizan las jornadas de trabajo, la conciliación laboral, la brecha de género existente en sectores TIC, las regulaciones salariales y el papel de la representación de los trabajadores en estas empresas. Una de las recomendaciones del estudio es la necesidad de impulsar una reforma en profundidad del sistema de formación para el empleo para que se adapte a las necesidades de la digitalización de las empresas.
Impulso a las competencias digitales en España
Entre las recomendaciones del informe del CES se encuentra la necesidad de contar con una estrategia que involucre al conjunto de la sociedad, instituciones empresas y ciudadanos para abordar de forma integral los retos y los objetivos que plantea la digitalización y lograr reducir la brecha digital de la sociedad. Para ello propone crear un ente público transversal de rango adecuado para asegurar la coordinación entre todos los agentes involucrados.
Recientemente el Gobierno español ha constituido un equipo de trabajo en el que participan nueve ministerios para elaborar un Plan para impulsar la transformación digital de la economía española que tiene como objetivo mejorar la competitividad de las empresas y el crecimiento económico. El grupo coordinará las iniciativas de transformación digital de los diferentes departamentos ministeriales, agrupadas en cuatro áreas de trabajo: Infraestructuras y tecnologías digitales, emprendimiento y acceso a la financiación, seguridad y confianza y, por último, talento y competencias digitales.
En este último ámbito, el gobierno reconoce la importancia de introducir las habilidades y competencias digitales en el ámbito educativo desde Primaria y, especialmente, fomentar las vocaciones en ciencias, tecnología y matemáticas. También apuesta por fomentar la formación continua de los trabajadores para su adaptación al nuevo entorno digital.
De hecho, desde el año pasado se suceden las convocatorias de ayudas públicas para la formación gratuita de trabajadores en competencias digitales. En 2017 la entidad pública Red.es realizó una convocatoria de subvenciones para el desarrollo de acciones formativas en competencias digitales para jóvenes. El programa tenía como objetivo ofrecer a los jóvenes inscritos en el Sistema Nacional de Garantía Juvenil formación orientada a la industria digital y facilitar su acceso a puestos de trabajo que impulsen la transformación digital de las empresas. Las acciones formativas subvencionadas tenían temas como Big Data, ciberseguridad, Cloud Computing, comercio electrónico, programación en tecnologías web y móviles, contenidos digitales, etc.
Actualmente el Ministerio de Empleo prepara una convocatoria de ayudas para la formación de trabajadores ocupados en competencias profesionales relacionadas con los cambios tecnológicos y la transformación digital. Está dotada con un presupuesto de más de 60 millones de euros, algo más de la mitad para 2018 y el resto para 2019, destinados a financiar la impartición de tres tipos de acciones formativas:
- Adquisición de competencias tecnológicas o digitales transversales a los distintos sectores productivos
- Adquisición de competencias tecnológicas o digitales específicas de cada sector productivo.
- Competencias profesionales en los sectores base para el desarrollo tecnológico (empresas operadoras de telecomunicaciones, consultorías e ingenierías).
Se han identificado hasta 190 especialidades formativas derivadas de las necesidades presentes y de la futura evolución tecnológica y digital que no estaban hasta ahora incorporadas en el Catálogo de Especialidades Formativas y que los interlocutores sociales han convenido en la necesidad de su realización.
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