Si algo está revolucionando el universo digital es el fenómeno del metaverso, esa idea de mundo virtual al que teletransportarnos e interactuar con nuestro avatar, a través de unas gafas de realidad virtual, sensores de movimiento o de interpretación facial, por el que hasta Facebook cambió el nombre de su empresa por el de Meta, en octubre de 2021.
Lo novedoso de este sistema, muy utilizado en el universo de los videojuegos, es que esta vez plantea una realidad inmersiva para el ámbito laboral y de los negocios, con espacios de trabajo alternativos, pero ligados a nuestra actividad tanto dentro del metaverso como fuera de él.
Aún no se sabe si será la disrupción definitiva de este siglo o se quedará en un fiasco tecnológico, pero los próximos años serán claves para conocer el alcance de este concepto.
Sin embargo, podemos afirmar que la arquitectura, la ingeniería y la construcción serán pilares básicos para la edificación del metaverso, por lo que estos sectores tienen un campo por explorar ilimitado dentro de lo que podría ser la metaconstrucción, aún más incorporando herramientas como la metodología BIM (Building Information Modeling), la realidad aumentada o los modelos 3D.
Si bien es cierto que la construcción ha comenzado una prometedora carrera hacia la creación de edificaciones 3D y hacia la construcción industrializada, aún se encuentra en la fase incipiente de la generalización de estas aplicaciones. Además, el sector se ve inmerso en el desafío de la transformación digital y verde que requiere la Unión Europea (UE) y Naciones Unidas para conseguir una Europa climáticamente neutra para 2050 y un planeta limpio para toda la ciudadanía.
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