Mercado de trabajo

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Teletrabajo: trabajar en cualquier momento y en cualquier lugar


Teletrabajo en casaLas nuevas tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) están revolucionado la forma de trabajar y vivir en el siglo XXI. Estas nos permiten comunicarnos con amigos y familia en cualquier momento pero, también, facilitan la invasión por parte del trabajo de lugares y tiempos normalmente reservados a la vida personal. La separación entre el trabajo y los espacios tradicionales en que este se desarrolla ha sido posible gracias a la tecnología: muchos trabajos pueden llevarse a cabo desde prácticamente cualquier lugar y en cualquier momento, lo que indudablemente significa nuevas oportunidades pero implica también nuevos retos.

Un reciente informe de la Fundación Europea para la Mejora de las Condiciones de Vida y de Trabajo (Eurofound), con el título Working anytime, anywhere: The effects on the world of work, analiza el impacto del teletrabajo y el uso de dispositivos móviles sobre el mundo del trabajo.

Se centra en el uso de tecnologías y dispositivos – como teléfonos inteligentes, tabletas, ordenadores portátiles y sobremesa – por parte de los trabajadores para desarrollar sus actividades fuera de las instalaciones de la empresa. El informe sintetiza la investigación realizada por los corresponsales de la red Eurofound en diez Estados miembros de la UE (entre ellos España) y por expertos de la OIT en Argentina, Brasil, India, Japón y Estados Unidos. La información de los estudios nacionales, complementada con los datos de la sexta Encuesta europea de condiciones de trabajo, sirve para analizar el avance del teletrabajo en los diferentes países y sus efectos sobre el tiempo de trabajo, el rendimiento, el equilibrio entre el trabajo y la vida personal y la salud y el bienestar.

El informe clasifica a los teletrabajadores en tres grupos, en función de su lugar de trabajo (domicilio, oficina u otro lugar) y la intensidad y frecuencia del uso de las TIC que facilita el empleador.

  1. Teletrabajadores que desarrollan su trabajo de manera regular en el hogar.
  2. Teletrabajadores ocasionales, con movilidad y frecuencia de trabajo media o baja fuera de las instalaciones del empleador.
  3. Teletrabajadores con alta frecuencia de trabajo en varios lugares, incluyendo el trabajo desde casa.

Principales resultados

Una de las principales conclusiones del informe es que el grado de implantación del teletrabajo en los diferentes países depende no sólo del  grado de desarrollo de la tecnología, sino también de las estructuras económicas y la cultura del trabajo propia del país. Los países analizados con más alta proporción de teletrabajo son Finlandia, Japón, Países Bajos, Suecia y Estados Unidos. España se situaría en el grupo de países con baja incidencia de teletrabajo.

En la mayoría de los países, una amplia proporción de los trabajadores teletrabajan de forma ocasional y no de forma regular. El teletrabajo es más común entre profesionales y gerentes, pero también tiene importancia en tareas administrativas y en ventas. En relación al género, en general los hombres tienen más probabilidades de realizar teletrabajo que las mujeres. Sin embargo, las mujeres realizan más teletrabajo en el hogar que los hombres, lo que sugiere que los roles de género y los modelos familiares desempeñan un papel importante.

El informe destaca los siguientes efectos positivos del teletrabajo para los trabajadores: reducción de los desplazamientos, mayor autonomía y flexibilidad de la organización del tiempo de trabajo y una mejora de la conciliación entre el trabajo y la vida privada. Por su parte, las empresas se benefician de: un aumento de la motivación de los empleados, un incremento de su productividad y eficiencia y una reducción de costes y del espacio de oficina necesario.

En sentido contrario, las desventajas del teletrabajo serían: tendencia a prolongar los horarios de trabajo, creándose una superposición entre este y la vida personal, y la intensificación del trabajo. Los teletrabajadores en el hogar, según el informe, parecen disfrutar de un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida privada, mientras que los trabajadores con “alta movilidad” están más expuestos a riesgos de salud y bienestar.

En cuanto a la regulación de las condiciones hay que citar el Acuerdo Marco Europeo sobre el Teletrabajo (2002), que aborda los posibles beneficios y riesgos del teletrabajo en los Estados miembros, pero no es aplicable fuera la UE. Algunos países han lanzado iniciativas sobre las condiciones de trabajo de sus teletrabajadores, si bien la mayoría se refieren al teletrabajo en el hogar. Recientemente han tenido lugar iniciativas que pretenden regular otras formas de teletrabajo, como el informal, adoptando medidas para limitar que los horarios se extiendan más allá de las horas normales de oficina. Estas iniciativas, junto a las que han emprendido los interlocutores sociales y las empresas, pueden contribuir al desarrollo de políticas eficaces en los ámbitos de la digitalización y el trabajo decente.

Los autores del estudio acaban realizando una serie de recomendaciones para que los responsables políticos potencien los efectos positivos del teletrabajo y reduzcan los negativos. Destacamos las siguientes:

  • La organización del trabajo está cambiando y las regulaciones deberían reflejar esta realidad. Por ejemplo, uno de los retos para aplicar la legislación sobre seguridad y salud laboral en el teletrabajo es la dificultad de supervisar los lugares de trabajo fuera de las instalaciones del empleador.
  • Se necesitan iniciativas de formación y sensibilización dirigidas empleados y directivos sobre el uso efectivo de las TIC para trabajar a distancia y para gestionar eficazmente la flexibilidad proporcionada por esta tecnología.
  • Las iniciativas gubernamentales y los convenios colectivos sectoriales son importantes para proporcionar un marco general para la organización del teletrabajo, pudiéndose luego desarrollar acuerdos específicos que satisfagan las necesidades y las preferencias de los trabajadores y de los empleadores.
  • El teletrabajo puede desempeñar un importante papel en las políticas de integración en el mercado de trabajo de determinados colectivos (trabajadores jóvenes, mujeres jóvenes con hijos y personas con discapacidad) como indican los ejemplos de varios países.

Situación en España

En España el arraigo del teletrabajo, como se indicó anteriormente, es escaso y los pocos datos oficiales disponibles parecen respaldar esta situación. Datos del INE referidos al año 2012 señalan que el 22 % de las empresas españolas – frente al 35% de la media europea – desarrollan programas de teletrabajo. Datos más recientes de la empresa Adecco indican que a finales de 2015 en España, sólo el 6,6% de las personas ocupadas teletrabaja ocasional o habitualmente desde casa, habiendo disminuido su número desde 2013.

En España no existe legislación específica sobre teletrabajo. La reciente reforma laboral introduce el concepto y regula aspectos del trabajo a distancia, un término demasiado amplio y que puede recoger otras formas de trabajo además del teletrabajo. En todo caso, reconoce a los trabajadores que desarrollen su actividad fuera de las instalaciones del empresario los mismos derechos que a los demás trabajadores respecto a salud y seguridad, salarios, y representación colectiva. Así mismo les reconoce el acceso a la formación profesional para el empleo para favorecer su promoción profesional.

Más avanzada parece la posición de los agentes sociales sobre el teletrabajo que, en el III Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva 2015-2017, reconocen que es una forma de organización de trabajo innovadora, basada en el uso de las TIC, que hace compatible la flexibilidad para las empresas y la seguridad para los trabajadores. El acuerdo establece que debería ser voluntario y reversible y debería implicar para el teletrabajador los mismos derechos que los de los trabajadores que  trabajan en las instalaciones de la empresa. Además, destaca la necesidad de regular aspectos como la privacidad, la confidencialidad,  la prevención de riesgos y la formación.

En este mismo sentido se pronuncia uno de los escasos informes sobre el teletrabajo en España: el Libro blanco sobre teletrabajo en España (Fundación Másfamilia, 2012) indica que la regulación de las condiciones de empleo, el tiempo de trabajo, los salarios y la conciliación entre el trabajo y la vida personal requiere más desarrollo.

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