En la actualidad, como en otros períodos históricos, el motor de las transformaciones productivas y empresariales es el cambio tecnológico, vinculado también a transformaciones económicas, sociales y culturales. La diferencia con los períodos previos reside en la celeridad de los cambios, la interconexión tecnológica y un mercado cada vez más exigente e intensivo en el uso de conocimiento, así como en factores de sostenibilidad (escasez de recursos, nuevas fuentes energéticas, etc.).
En este marco de toma de decisiones y desarrollo de apuestas estratégicas hay tres factores claves para el posicionamiento de las empresas.
- La agilidad y velocidad para reconfigurar las competencias profesionales, tanto técnicas como transversales (capital humano).
- La capacidad de adaptarse tecnológica y organizativamente (digitalización, nuevas tecnologías, gestión avanzada y descentralizada, etc.).
- La capacidad de aprovechar las oportunidades en la interacción con la cadena de valor y con el entorno social y territorial (capital relacional y social).
En este entorno, exigente y competitivo, la formación profesional (FP) desempeña un rol relevante como forma de aprendizaje tanto para las personas como para las organizaciones empresariales.
- Provee de nuevas generaciones cualificadas a través del sistema de formación profesional educativo, orientado fundamentalmente a los jóvenes (también denominada formación profesional inicial, FPI).
- Además, actualiza y desarrolla los conocimientos de los trabajadores, empleados y desempleados, a lo largo de su vida activa a través del sistema de formación profesional para el empleo (FPE).
De forma creciente el sistema de FP tiene como retos, por un lado, la integración del ámbito educativo y del empresarial y, por otro, el fomento de centros de FP multifuncionales. Existen experiencias de gran relevancia, aunque todavía requieren de un mayor desarrollo y sistematización.
Estudio sobre la FP en las empresas españolas
Con el objetivo de conocer y cuantificar el papel de la formación profesional en las empresas españolas, la Fundación Bankia por la Formación Dual y la Fundación SEPI han elaborado el estudio La Formación Profesional en la empresa industrial española. Analiza el peso de la FP en la industria española, así como la influencia de los titulados de FP en los procesos productivos de las empresas que los contratan. En él se pone en valor el rol de la FP como aliado del entramado empresarial, especialmente, de las micro y pequeñas empresas.
En el estudio se parte de la idea de que a pesar de que la FP cuenta con diferentes acepciones y desarrollos, hay una constante: su carácter conector entre el mundo de la educación y el del trabajo. Desde sus inicios esta formación ha estado orientada al desarrollo de las capacidades para proporcionar los bienes y servicios que la sociedad necesita para funcionar y asegurar su continuidad y progreso.
Para alcanzar esta meta, los programas de FP proporcionan al alumnado las competencias profesionales, personales y sociales que vinculan los conocimientos teóricos y prácticos. En este sentido, los conceptos de competencia profesional, cualificación y formación profesional se conectan.
Este estudio supone un paso más en el trabajo para promover y prestigiar la formación profesional, así como para fomentar la producción de datos que permitan tener una imagen real del peso y la relevancia de esta educación en nuestro país.
Resultados del estudio
Los resultados del informe muestran que las compañías que cuentan con graduados en FP:
- Promueven empleo más estable y mejor remunerado.
- Invierten más en formación y en innovación.
- Tienen mejores resultados al ser más productivas y vender más.
El análisis se ha elaborado utilizando datos de la Encuesta sobre Estrategias Empresariales (ESEE)[1], que recoge datos de 1.808 empresas manufactureras representativas del conjunto del sector. El 80% de las compañías seleccionadas para la muestra tienen hasta 200 trabajadores, representando el peso de las pymes en nuestra economía. Los resultados de ninguna rama empresarial analizada han supuesto más del 14% del total, con el objetivo de mostrar la diversidad.
El estudio desvela que las empresas que emplean titulados en FP ofrecen un contrato fijo y a tiempo completo al 83,7% de su plantilla, frente al 78,6% de las compañías sin esos profesionales.
En cuanto a los salarios, el coste medio por empleado en estas empresas se situó en 44.500 euros frente a los 31.800 de salario medio de las compañías que no contratan técnicos en FP. Esas diferencias son sostenibles porque las compañías que cuentan con esos graduados tienen más volumen de venta (63,5 millones frente a 9,5), son más productivas (36,3 euros por trabajador y hora trabajada frente a 24,2) y venden más al exterior (28,2% frente a 14,5%).
La mayor apuesta por avanzar, formar y aprender que caracteriza a estas empresas también aparece en el impulso a la innovación. El 30% realiza actividades relacionadas con I+D e invierten en esta materia, frente a solo el 2,4% de las empresas que no tienen empleados de FP.
Relevancia para las empresas
La profesionalización en el entorno laboral requiere de personas que sean competentes en las ocupaciones que realicen en el presente y futuro. Los ciclos de vida de las capacidades están sujetos a la velocidad de los cambios tecnológicos, organizativos, de modelo de negocio, culturales e incluso políticos. De ahí que el fomento de los procesos formativos sea vital para el funcionamiento de nuestras sociedades y para el bienestar de las personas, y la competitividad de nuestras empresas.
En este sentido, es importante romper con el esquema de pensamiento de que el sistema de FP forma tan solo a jóvenes: también tiene un gran potencial para formar a lo largo de la vida. Además, las últimas tendencias (señaladas por OCDE y Cedefop) muestran que el sistema de FP (tanto de la FPI como de la FPE) es clave para el aprendizaje permanente y para la innovación, y en el que la clave territorial de proximidad puede tener un efecto exponencial en sus relaciones con el mundo empresarial.
Por todo ello, es crucial que las empresas españolas inviertan para crear las condiciones necesarias para la integración de las nuevas tecnologías, capacitando a sus trabajadores y sacando el máximo partido a sus competencias internas y externas, convirtiéndose en empresas formadoras.
Mónica Moso Díez
Responsable del Centro de Conocimiento e Innovación
Fundación Bankia por la Formación Dual
[1] Fundación SEPI realiza anualmente esta encuesta dirigida a compañías industriales ubicadas en España. Desde 1990, se entrevista a una media anual de 1.800 empresas.
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