¿Estamos los profesores en línea con el futuro cercano? ¿Hay posibilidades de que nos sustituya la inteligencia artificial? En este artículo ofrezco mi visión personal acerca de las respuestas a estos y otros interrogantes que abordan el futuro próximo de los formadores.
Trabajo en formación online desde hace más de 12 años, cuando esta metodología de formación comenzaba a estar en auge en España. A lo largo de estos años he impartido formación tanto síncrona como asíncrona, lo que me permite tener una opinión, que puede llegar a ser bastante realista, sobre el panorama actual y el escenario que nos espera a futuro.
Tenemos en mente que la figura de un profesor debe tener una serie de cualidades globales, tales como ser innovadora, inspiradora, guía en el proceso de aprendizaje, lúdica, provocadora de experiencias, empática, entre otras muchas. La reflexión que tenemos que hacer para visualizar nuestro papel en un futuro es ¿cuál de estas cualidades no puede ser sustituida por la inteligencia artificial?
Si analizamos cada una de estas características, llegaremos a la conclusión de que casi todas pueden llegar a ser programadas mediante inteligencia artificial, exceptuando una, la empatía. Sí es verdad que, a día de hoy, los científicos intentan acortar esa brecha de la empatía entre el robot y el humano. Sin embargo, estos estudios se centran en la empatía cognitiva o teoría de la mente por la que un robot podría llegar, de alguna manera, a comprender opiniones, sentimientos o intenciones; pero esto no significa que el robot pueda sentir simpatía o compasión ante ello y, por tanto, actuar en consecuencia.
Es precisamente ahí donde los docentes del futuro debemos poner el foco porque, a día de hoy y seguramente durante mucho tiempo más, es lo que nos diferencia de la inteligencia artificial. Entonces, ¿qué debemos hacer ante esto? La respuesta es formarnos integral y continuamente.
Formarnos en nuestras metodologías docentes y en competencias digitales, lo que nos permitirá estar al día en nuestras áreas de conocimiento y, en consonancia, con los avances tecnológicos en docencia. También debemos formar y fomentar esa empatía que nos diferencia de los robots y que va hacer que no podamos ser sustituidos por ellos en un futuro.
Esta parte de empatía es algo que normalmente olvidamos o podemos considerar menos importante. Los profesores nos centramos en conocer al máximo nuestra asignatura o área de conocimiento concreta y dejamos un poco de lado aspectos como el trato con los alumnos o establecer una relación empática con ellos.
Por supuesto, esos conocimientos y formación continua sobre el contenido que impartimos son fundamentales y no debemos alejarnos jamás de esa línea pero ahora, más que nunca, debemos trabajarlos conjuntamente con metodologías docentes que fomenten ese vínculo empáticoentre el alumno y el profesor.
Muchos nos preguntamos ¿existen cursos de empatía? ¿podemos formarnos en ello? Claro que sí, como en cualquier otra área, existen innumerables posibilidades y recursos de formación en este sentido. Esas formaciones se centran fundamentalmente en trabajar la inteligencia emocional del docente, partiendo del conocimiento de sí mismo y sus emociones, para poder afrontar y manejar de manera adecuada la relación con los alumnos, siendo capaces de reconocer sus emociones y motivarles en el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Es muy interesante que los profesores de hoy y del futuro tomemos las riendas de nuestro crecimiento profesional y comencemos cuanto antes a formarnos en esta otra cara de la moneda que, normalmente, tenemos muy olvidada. Basta con hacer una simple búsqueda en Google para encontrar numerosos cursos en este ámbito y de excelente calidad.
Inteligencia artificial en formación
Entonces, ¿qué pasará con los robots y la inteligencia artificial en formación? Como suponemos que no van a poder sustituirnos del todo, ¿tenemos que desechar esa opción? Obviamente, no. En un interesante artículo publicado en El País se explica que, aunque la educación aún no ha dado el paso definitivo para que seamos sustituidos por robots, existen múltiples evidencias de los avances que se están consiguiendo y lo que podemos llegar a hacer si incorporamos estas tecnologías a nuestras aulas.
Entre otras cosas, se habla de los grandes beneficios que puede tener en la educación el uso de chatbots o de asistentes comoAlexa de Amazon, contrastados por Universidades de prestigio como el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) o la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Esto nos lleva a confirmar que sí, que debemos formarnos en empatía/inteligencia emocional, pero también debemos formarnos para poder manejar e incorporar a nuestras aulas las tecnologías que tenemos disponibles y, de esta manera, enriquecer del todo nuestro proceso de enseñanza.
En mi opinión, todo se resume en poner en práctica la famosa frase de la poeta estadounidense Maya Angelou: Hazlo lo mejor que puedas hasta que sepas más. Cuando sepas más, hazlo mejor. A día de hoy, reconocemos estos puntos fuertes y diferenciadores que tenemos con los robots, siendo capaces de formarnos para fortalecerlos, pero mañana tendremos que identificar todo aquello en que podemos mejorar aún más. La formación debe ser así siempre, un proceso de mejora continuo e infinito.
Kharla Segovia
Bureau Veritas Formación
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