2020 quedará en nuestra memoria como el año de la pandemia de la COVID-19. Durante este período se ha hecho evidente la necesidad de contar con capital humano flexible y capaz de adaptarse a situaciones inesperadas, con habilidades y competencias no sólo profesionales, sino también digitales, sociales y personales. La formación profesional se revela como un factor clave para desarrollar estas capacidades, especialmente para acceder al empleo y mejorar durante la vida laboral.
La Unión Europea concibe la formación profesional (FP) como aquella educación y formación que pretende dotar a las personas de los conocimientos, las capacidades y las competencias que se requieren en el mercado de trabajo para ejercer profesiones concretas. Puede impartirse en contextos formales y no formales, y en todos los niveles del Marco Europeo de Cualificaciones (EQF en sus siglas inglesas).
Modernizar y reforzar los sistemas de FP en todos los niveles y en los distintos contextos nacionales sigue siendo un reto fundamental. La UE ha desarrollado diversos instrumentos para favorecer la transparencia y el reconocimiento de las cualificaciones – Marco Europeo de Cualificaciones, el sistema de créditos ECVET o Europass – lo que permite la permeabilidad entre la FP y otras etapas de educación y formación. También fomenta el establecimiento de itinerarios de aprendizaje individualizados y flexibles y la movilidad de estudiantes, a través del Programa Erasmus+.
El marco estratégico para la cooperación europea en el terreno de la educación y la formación (ET 2020) ayudó a generar confianza y entendimiento mutuo, fijó objetivos comunes y ayudó a los Estados miembros a centrar sus esfuerzos en las prioridades más acuciantes. El fin de este periodo ha hecho necesario que la UE repiense y amplíe el concepto de FP más allá de 2020.
Se trabaja sobre la idea de una formación excelente, integradora y permanente en todos los niveles, incluido el superior, que integre la formación inicial y la continua, y atienda al alumnado joven y adulto. El objetivo es ofrecer una FP atractiva, innovadora, diversificada y de calidad, accesible a todas las personas y que sea valorada por la sociedad. Una formación concebida como un aprendizaje permanente que ayude a las personas a desarrollar todo su potencial mediante la adquisición de habilidades, competencias y cualificaciones para garantizar su empleabilidad, su desarrollo personal y su conversión en ciudadanos activos que compartan los valores europeos.
Más allá de 2020
En julio de 2020 la Comisión Europea presentó un plan integral para la recuperación tras la pandemia del COVID-19 centrado en el empleo y la política social. Entre las propuestas, se encuentra la Agenda de Capacidades Europea (European Skills Agenda), cuyo objetivo es garantizar que el derecho a la formación y al aprendizaje permanente, consagrado en el pilar europeo de derechos sociales, se convierta en una realidad en toda Europa. Sus doce acciones se centran en las competencias para el empleo, involucrando a los Estados miembros, las empresas, y los interlocutores sociales para formar a las personas a lo largo de la vida y utilizando el presupuesto de la UE como catalizador de la inversión pública y privada en las capacidades de las personas.
La FP se encuentra en el punto de convergencia de numerosos, si no de la mayoría, de los próximos programas e iniciativas de la UE, como el Espacio Europeo de la Educación o el Plan de Acción de Educación Digital. La Comisión propone desarrollar el Espacio Europeo de la Educación en torno a seis dimensiones: calidad, igualdad inclusiva y de género, transición ecológica y digital, docentes y formadores, educación superior y una dimensión geopolítica, en la que la cooperación internacional puede desempeñar un papel importante para apoyar los sistemas educativos en los países asociados y fortalecer la posición europea a nivel global.
Los objetivos para 2030 relacionados con la formación profesional, se concretan en:
- Que un 90% de la población de 20-24 años tenga al menos un título de la segunda etapa de enseñanza secundaria.
- Que un 50% de la población entre 30-35 años haya terminado la educación superior.
Estos objetivos se suman al establecido en la Agenda de Capacidades Europea, que plantea que un 50% de la población adulta de la UE participe en actividades de aprendizaje cada año.
Por su parte, el Plan de Acción de Educación Digital persigue: propiciar el desarrollo de un ecosistema educativo digital de alto rendimiento; la mejora de las habilidades y competencias digitales para la transformación digital desde sus niveles básicos hasta las tecnologías más avanzadas, como la inteligencia artificial, y garantizar la participación de la mujer en estudios y carreras digitales.
En noviembre de 2020 se publicó la Recomendación del Consejo sobre la educación y formación profesionales para la competitividad sostenible, la equidad social y la resiliencia. Insta a todas las partes interesadas a trabajar en una política de formación profesional que desarrolle varias de las dimensiones del Espacio Europeo de Educación. Define principios clave para garantizar que la educación y la formación profesionales sean ágiles, ya que se adaptan rápidamente a las necesidades del mercado laboral y ofrecen oportunidades de aprendizaje de calidad a jóvenes y adultos por igual.
Para promover estas reformas, la Comisión apoya los Centros de excelencia profesional (CoVE) con la esperanza de que estos contribuyan al desarrollo regional, económico y social, la innovación y las estrategias de especialización inteligente.

Como ultimo hito, los ministros responsables de la educación y formación profesionales de los Estados de la UE, los interlocutores sociales europeos y la Comisión Europea aprobaron la Declaración de Osnabrück el 30 de noviembre de 2020. La declaración establece nuevas acciones políticas para el período 2021-2025 y refleja el compromiso de las partes para:
- Promover la resiliencia y la excelencia a través de una FP de calidad, inclusiva y flexible.
- Establecer una nueva cultura del aprendizaje permanente que haga hincapié en la importancia de la educación y formación profesionales y la digitalización.
- Fomentar la sostenibilidad de la FP.
- Desarrollar un Espacio Europeo de Educación y Formación y la FP internacional.
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