El último Índice de Economía y Sociedad Digitales (DESI) de la Comisión Europea, que mide el rendimiento y evolución de los Estados de la UE en materia de competitividad digital, vuelve a constatar las fortalezas y debilidades del proceso de digitalización de nuestro país.
España se sitúa en una posición intermedia en Europa – undécimo entre los veintiocho estados de la UE – superando ligeramente la media europea. Sigue destacando en la prestación de servicios públicos digitales (administración electrónica, datos abiertos), indicador en el que obtiene excelentes resultados ocupando el segundo puesto de la UE. También vuelve a obtener buenos resultados en conectividad (banda ancha y redes 4G y 5G), especialmente por la buena implantación de las redes de alta velocidad, y ocupa el quinto lugar de la clasificación.
Sin embargo, en el indicador que mide el capital humano (competencias digitales, titulados y especialistas en TIC), aunque mejora su puntuación, ocupa el puesto dieciséis, por debajo de la media de la UE. El 43% de los españoles sigue careciendo de las capacidades digitales básicas, lo que nos sitúa ligeramente por debajo de la media europea. Sí mejora con respecto al año pasado el porcentaje de especialistas TIC en los empleos del país y de titulados en estas tecnologías TIC.

Como constatan diferentes informes, la digitalización afecta no solo a los procesos de producción y a la economía, sino también- y cada más – al empleo. En España más de la mitad de los puestos de trabajo se verán afectados por la automatización en un futuro inmediato: el 21,7% está en peligro de desaparecer y el 30,2 % puede sufrir importantes transformaciones. La situación española es peor que la media de países miembros de la OCDE y sólo Grecia, Eslovenia y Eslovaquia presentan un riesgo mayor que nuestro país. Es lo que pronostica la OCDE en su último informe sobre el empleo en el mundo en el que analiza el futuro del trabajo (OECD Employment Outlook 2019: The Future of Work. 2019).
En este escenario de profunda trasformación digital de la sociedad y la economía corresponde al Gobierno elaborar políticas que ayuden a preparar a los trabajadores para los cambios que se producirán en sus trabajos y para la automatización de ciertos puestos. La formación es clave para lograr perfiles profesionales adaptados a las nuevas tecnologías: los trabajadores necesitan disponer de formación que les ayude a mantener sus competencias actualizadas o a recualificarse para adquirir las habilidades adecuadas para el futuro.
España digital 2025
En julio el Gobierno puso en marcha el programa España Digital 2025, que recoge un conjunto de medidas, reformas e inversiones – estimadas en unos 140.000 millones de euros para los próximos 5 años – en línea con las políticas digitales marcadas por la Estrategia Digital Europea de la Comisión Europea. España Digital 2025 continúa los programas que, para impulsar la transformación digital de nuestro país, se han ido sucediendo en los últimos veinte años: Plan Info XXI, España.es, Plan Avanza y la Agenda Digital de España, que le precedía.
Este programa recoge cuarenta y ocho medidas articuladas en diez ejes estratégicos que comprenden desde conectividad hasta derechos digitales, pasando por ciberseguridad. El objetivo específico, aparte del general de impulsar la competitividad digital y el despliegue de redes e infraestructuras, es incidir en los aspectos más débiles de proceso de digitalización española: la digitalización de la industria y la empresa, en especial las pymes, y la capacitación digital de los ciudadanos. Entre las medidas a desarrollar se incluyen la creación de un Consejo Consultivo para la Transformación Digital, la puesta en marcha del Plan de Impulso a la Digitalización de las pymes, una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial, o una Carta de Derechos Digitales de los ciudadanos, entre otras.
España Digital 2025 reconoce la importancia de las competencias digitales, a las que dedica un eje específico. Este eje contempla varias medidas que tienen como objetivo dotar de competencias digitales a: la ciudadanía, los trabajadores (ocupados y desempleados) y los profesionales tecnológicos de todos los sectores económicos. Aunque para cada uno de estos colectivos las competencias digitales juegan un papel específico, se fija para este eje la meta de lograr que el 80% de la población tenga competencias digitales básicas cuando el programa finalice.
Formación en competencias digitales
En primer lugar, señala que los ciudadanos deben contar con competencias digitales básicas que les permitan desenvolverse con soltura en una sociedad que, cada vez más, requiere utilizar medios digitales para comunicarse, adquirir bienes y servicios, operar con los bancos o relacionarse con la Administración Pública. En el caso de los trabajadores son necesarias competencias digitales específicas ligadas a su puesto de trabajo, como pueden ser aplicaciones ofimáticas o herramientas digitales más complejas. Por último, también son necesarias competencias digitales especializadas para cubrir la creciente demanda de especialistas TIC generalistas y de los que trabajan en tecnologías de vanguardia (Inteligencia Artificial, Big Data, Blockchain…).
El plan propone una serie de medidas para dar respuesta a las necesidades formativas detectadas: mejorar las competencias digitales básicas de la ciudadanía, dotar a los trabajadores de las competencias digitales requeridas en el ámbito laboral, fomentar las vocaciones digitales entre el alumnado e impulsar la formación universitaria de especialistas en tecnologías digitales.
Dos de estas medidas son de carácter específico y ligadas a una etapa formativa concreta: Educa en digital, un programa de apoyo a la transformación digital del sistema educativo y el Plan Uni-Digital centrado en impulsar la digitalización en la Educación Superior. Su embargo la más ambiciosa es el Plan Nacional de Competencias Digitales, un plan integral que pretende mejorar el nivel de competencias digitales de toda la población, incluyendo a los trabajadores y a los especialistas digitales.
Este Plan, actualmente en elaboración, contempla actuaciones de todos los departamentos ministeriales en el ámbito de las competencias digitales para conseguir que:
- Se incremente sustancialmente el nivel de competencias digitales básicas, especialmente entre los colectivos peor situados: mayores, mujeres, personas con bajo nivel de ingresos y de estudios y población de áreas rurales.
- El alumnado que finalice la educación secundaria disponga de competencias digitales avanzadas.
- Los trabajadores estén formados y cuenten con los conocimientos digitales necesarios para sus actuales y futuros puestos de trabajo, aumentando su productividad y fomentando además el teletrabajo.
- Se satisfaga la demanda de especialistas digitales generalistas y avanzados que precisa la economía española.
- Se reduzcan las brechas digitales de género existentes, especialmente en el acceso de las mujeres a titulaciones TIC.
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