Si nos remontamos veinte años atrás vendrán a nuestra mente aquellas farolas llenas de ofertas laborales, o aquellas páginas del final del periódico cargadas de anuncios profesionales. Otros se acordarán de llamar puerta a puerta para encontrar un empleo, o incluso de las aglomeraciones en lugares públicos como en la Plaza Elíptica de Madrid con la misma finalidad.
En la actualidad, el mercado laboral queda mayoritariamente comprendido en grandes plataformas como LinkedIn, que ya suma más de 14 millones de usuarios en España y 575 millones en su totalidad. Es más, el 90% de los reclutadores utilizan regularmente la plataforma, así como el 75% de las personas que buscan un cambio de carrera.
Esta transformación en la búsqueda de empleo ha generado una serie de cambios muy significativos a la hora de obtener un puesto de trabajo. Por un lado, la búsqueda de empleo exige unas competencias digitales transversales a todos los sectores profesionales. Por otro lado, los empleadores podrán evaluar otro tipo de información que aparece en los perfiles virtuales, como el número de personas conectadas con el usuario, las validaciones de las aptitudes recibidas por otros perfiles, o las publicaciones que el usuario ha ido subiendo semanalmente.
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