La pandemia de COVID-19 ha supuesto una gran conmoción para Europa y para el mundo entero. Representa una situación sin precedentes para los ciudadanos, las sociedades y las economías. Esta crisis no sólo afecta a la salud pública, sino que también tendrá un impacto negativo en el crecimiento de la UE en 2020.
La industria de la moda ya se está viendo afectada de forma directa e indirecta, ya que es una industria que proporciona bienes intermedios para casi todos los sectores económicos y productos de consumo en zonas comerciales de todo el mundo. Las repercusiones económicas de esta crisis en los sectores del Textil, Confección, Piel y Calzado (TCLF, por sus siglas en inglés) son graves, pero la recuperación es posible con la colaboración de todos las partes interesadas, públicas y privadas, y si cuenta con unos trabajadores bien cualificados.
La UE y sus Estados miembros han adoptado algunas medidas y acciones que permitirán apoyar mejor las economías. Sin embargo, no se debe subestimar la necesidad de invertir en la educación y la formación de las personas, que son el principal activo que permitirá a las empresas salir de la crisis.
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