En los últimos años, el sector tecnológico ha sido uno de los que más ha crecido, incluso en la etapa más crítica de la pandemia. Para las empresas la tecnología ha dejado de ser una opción para convertirse en una necesidad; el avance continuo en digitalización, las nuevas tecnologías y la innovación ya forman parte del día a día de las organizaciones.
En el ámbito personal, la tecnología también ocupa un papel más protagonista en nuestro día a día. Ha permitido la educación y el trabajo masivo a distancia y está presente en gran parte de las acciones que realizamos a diario sin darnos cuenta: cuando nos comunicamos con otros, cuando hacemos una transacción bancaria o cuando nos atiende una empresa a través de un asistente virtual o chatbot, la tecnología está ahí.
No obstante, a pesar del auge de la tecnología en las empresas y en la sociedad, el sector tecnológico se enfrenta a una gran desventaja al hablar de talento. En muchas ocasiones, la oferta de empleos tecnológicos supera con creces a la demanda existente. Como ejemplo, a principios de 2022 un estudio de IBM mostraba cómo la escasez de profesionales dedicados a la inteligencia artificial (IA) está comprometiendo el rendimiento del sector tecnológico en Europa.
En España también está siendo difícil encontrar candidatos con experiencia o conocimientos en materias como IA u otras competencias tecnológicas. Sin ir más lejos, un informe reciente de la asociación DigitalES destaca que España tiene actualmente más de 120.000 vacantes tecnológicas sin cubrir en puestos como desarrollo de software, la ciberseguridad o las telecomunicaciones.
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