Fomentar el autoempleo es una de las medidas de creación de empleo que está siendo considerada actualmente por distintos gobiernos, principalmente por dos motivos. En primer lugar, debido a las dificultades a que se enfrentan los jóvenes en su transición desde la educación hacía el mercado de trabajo, tanto durante la gran recesión económica como en la recuperación iniciada recientemente. En segundo lugar, porqué existe también un amplio consenso de que los empresarios contribuyen positivamente a la innovación y a la creación de empleo, fomentando así un mayor crecimiento económico.
Según el último informe del Global Entrepreneurship Monitor, existen diferencias muy importantes entre países en lo que se refiere a la proporción de la población adulta que posee un negocio. Parte de estas diferencias están claramente relacionadas con los motivos por los cuales los individuos deciden emprender una actividad empresarial. De hecho, muchas empresas nacen no con el objetivo de explotar las oportunidades de negocio, sino porque los propietarios no han podido encontrar puestos de trabajo o los que han encontrado no les han parecido satisfactorios. Para todos aquellos individuos que acaban tomando la decisión de iniciar una actividad empresarial por necesidad, y no tanto por vocación, la falta de destrezas empresariales, junto a las dificultades que pueden encontrarse a la hora de acceder al crédito, son las principales barreras a la hora de crear una empresa. De hecho, en la mayoría de los países europeos casi dos tercios de la población adulta creen que no tendrían las habilidades adecuadas para convertirse en un empresario. Sigue leyendo