El auge de la inteligencia artificial (IA) está transformando rápidamente el mercado laboral, redefiniendo las competencias requeridas para el empleo. Ya ocurrió lo mismo con tecnologías anteriores (por ejemplo, los robots industriales autónomos), que afectaron a empleos rutinarios, demandando cualificaciones medias, lo que profundizó la polarización laboral. El avance de las tecnologías de IA generativa permite crear nuevos empleos y, aunque varias investigaciones destacan su enorme capacidad para potenciar las capacidades humanas, la escasez de profesionales con competencias avanzadas en IA (por ejemplo, en aprendizaje automático, análisis de datos y ética de la IA) frena el crecimiento económico y de la productividad.

Para investigar el grado de proliferación de las tecnologías de IA en los entornos laborales de la UE, Cedefop realizó en 2024 una encuesta representativa a 5.300 trabajadores en once países de la UE sobre el uso de la IA y las competencias necesarias. Los resultados, publicados en el informe Skills empower workers in the AI Revolution, arroja luz sobre el uso generalizado de la IA en el trabajo, el impacto de la automatización y las nuevas necesidades de formación de gran parte de los trabajadores en Europa.

IA en el trabajo: primeros resultados

Sorprende que un 28% de los encuestados afirme utilizar o haber visto a otros utilizar herramientas de IA en el trabajo, y que un 55 % aún no la use, lo que sugiere un amplio potencial de crecimiento en su adopción. Hay un 17% que no está seguro de si usa IA, lo que indica la necesidad de mayor concienciación y transparencia a la hora de introducir estas herramientas en la actividad laboral.

Cada vez se usan más sistemas «algorítmicos» para automatizar funciones como la detección de productos defectuosos o la gestión de recomendaciones de clientes. Aproximadamente uno de cada siete trabajadores adultos usa aplicaciones digitales con algoritmos que realizan automáticamente algunas de sus tareas. Por ejemplo, el 22 % de los trabajadores utiliza siempre o con frecuencia estas herramientas digitales automáticas para reconocer, traducir, transcribir o generar texto.

La gran brecha de la IA

Los datos muestran una divergencia creciente en el uso de la IA entre los países europeos. En algunos países, como Luxemburgo, Bélgica, Alemania y Francia, más del 33 % de los trabajadores utilizan tecnologías de IA, mientras que en otros, como Polonia, Grecia o España, no llegan al 25 %. En España, el 26 % de los trabajadores encuestados dicen que dedican más tiempo a trabajar con la IA que el año anterior, lo que resalta su creciente importancia. A pesar del aumento en el uso de la IA, España registra el menor aumento y la menor proporción de uso de IA, lo que subraya la necesidad de alcanzar a otros países.

Automatización y desempleo

Muchas voces expresan preocupación por las posibles consecuencias negativas de la IA y su calidad, pero estudios recientes disipan el temor a una destrucción masiva de empleo.

En la encuesta de Cedefop, el 20% de los trabajadores cree que la IA podría asumir más de la mitad de sus actividades y que un sistema de IA está mejor capacitado para realizar aproximadamente una de cada cuatro tareas de su trabajo. A pesar de que el margen de sustitución por máquinas es alto, solo el 15 % de los trabajadores de la muestra (el 12 % en España) teme perder su empleo por completo a causa de la tecnología de IA. En algunos países de la UE, como Grecia, Polonia y Eslovaquia, uno de cada cinco trabajadores expresa dicha preocupación, lo que confirma análisis previos que señalan a ciertos países como más vulnerables a la amenaza de la automatización.

La pérdida de empleos no siempre está relacionada con la automatización, ésta a menudo implica reasignación de tareas. Mientras el 30% afirma que la tecnología ha reemplazado tareas y el 41% que ha incorporado nuevas, el 67 % indica que la IA les ha permitido realizar tareas más rápido. Esto pone de relieve el potencial de la IA para mejorar la eficiencia y productividad.

La paradoja de la productividad

Las altas expectativas en torno a la IA no se han visto reflejadas en un aumento significativo del rendimiento laboral, según el 55% de sus usuarios. Esta discrepancia se explica por la falta de procesos de trabajo bien diseñados o de una formación sólida en muchas organizaciones. Si bien la IA ha facilitado aumentos de productividad entre los menos cualificados, su influencia ha sido limitada entre los más cualificados y se ha demostrado escasa a largo plazo. Superar la segregación por género y edad asociada al uso de la IA será crucial para aprovechar su potencial, ya que las mujeres y los trabajadores de mayor edad tienen menos probabilidades de implementarla.

Konstantinos Pouliakas              Ralph Hippe
Experto del Cedefop                   Experto del Cedefop