En un mercado laboral en constante transformación, garantizar que las personas trabajadoras dispongan de las competencias necesarias se ha convertido en un reto estratégico. La formación continua es una de las herramientas más eficaces para afrontarlo, y en este contexto surgen iniciativas como la cuenta de aprendizaje individual, cuyo objetivo es situar a la persona en el centro de las decisiones sobre su aprendizaje.
Consiste en un sistema de financiación de la formación en el que la persona trabajadora recibe un crédito o bonificación personal, canjeable en centros de formación y programas acreditados, para financiar la formación que elija. Con este modelo, se otorga mayor autonomía en la elección de la formación y se busca reforzar la corresponsabilidad entre administración, empresas y personas.
Contexto europeo
En la Cumbre Social de Oporto de 2021, los dirigentes de la UE se fijaron como objetivo conseguir que en 2030 el 60% de los adultos europeos en edad laboral participen en actividades de formación. Sin embargo, pocas personas participan en actividades de aprendizaje de manera regular tras la educación y formación iniciales debido, con frecuencia, a la falta de recursos económicos y de tiempo. En la declaración final de esta cumbre las organizaciones participantes instaban a que se adoptasen las medidas e inversiones necesarias en aprendizaje permanente y formación que respondan a las necesidades de la economía y la sociedad para alcanzar este objetivo.
A finales de ese año la Comisión Europea presentó dos propuestas de Recomendaciones del Consejo sobre las microcredenciales y las cuentas de aprendizaje individuales, esta última adoptada en junio de 2022, para apoyar las necesidades de formación de las personas e incrementar el número de participantes. Esta Recomendación propone a los Estados miembros instaurar cuentas de aprendizaje individuales que permitan a los interesados participar en formaciones demandas por el mercado laboral y los responsabilicen de su formación.
Estas cuentas proporcionarían a toda persona en edad laboral un presupuesto para acceder a acciones formativas que les permitan mejorar sus capacidades y su empleabilidad a lo largo de toda la vida. También recomienda que los Estados adopten medidas que promueven el acceso efectivo a las cuentas de aprendizaje individuales: normas para la inclusión de los cursos en el catálogo de oferta formativa, creación de un registro público de acciones formativas actualizado y el desarrollo de un portal digital nacional que permita a la ciudadanía acceder a su cuenta de aprendizaje y explorar el registro, entre otras.
Desarrollo en Europa
Diversos países europeos han implementado diferentes modelos de cuentas de aprendizaje, citamos alguno de ellos.
- Francia – Compte Personnel de Formation. El sistema de más largo recorrido, se inició en 2015, y el más desarrollado.Cada persona trabajadora acumula créditos de formación a lo largo de su vida laboral, que puede emplear en cursos acreditados. El sistema funciona mediante una plataforma digital que facilita la consulta y gestión de la cuenta.
- Croacia – Bono de formación. Puesto en marcha en 2022, contempla la financiación de programas formativos para la adquisición de competencias ecológicas, digitales y de otro tipo, demandadas en el mercado laboral, y para el aprendizaje del croata como lengua extranjera. También se gestiona a través de un portal online.
- Alemania – Bildungsgutschein. Sistema dirigido principalmente a personas desempleadas. Se otorga un “vale de formación” con el que se puede acceder a programas de cualificación reconocidos por la Agencia Federal de Empleo.
- Austria – Bildungskonto. A través de esta cuenta de formación, gestionada por los estados federales, se asignan ayudas económicas para el desarrollo de competencias profesionales. Cubre una parte del coste de cursos de formación para adultos, pero la cuantía varía según la región y la situación personal del solicitante.
Experiencias en España
El Real Decreto 438/2024, que desarrolla la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Empleo establece las bases del sistema de cuentas de aprendizaje en España, como un instrumento, a desarrollar, que identificará y acumulará los derechos personales de formación de las personas trabajadoras a lo largo de su vida laboral. Este marco normativo refuerza la visión de un modelo integrado de aprendizaje permanente, en línea con las experiencias consolidadas de otros países europeos.
En nuestro país se han desarrollado recientemente distintas experiencias, tanto a nivel nacional como regional, que avanzan en esta dirección.
- Microcréditos de formación. Son ayudas individuales de 600 € para aquellas personas que hayan completado con aprovechamiento determinadas acciones formativas. Su objetivo es facilitar el acceso a cursos que conducen a certificaciones reconocidas en el mercado de trabajo: certificaciones informáticas o certificaciones que habilitan para el desempeño de profesiones o actividades reguladas Entre los cursos incluidos destacan: permisos de conducción profesionales (C y D), certificados y habilitaciones del ámbito marítimo-portuario, especialidades vinculadas a la digitalización… Este programa, financiado por fondos europeos del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), está gestionado por Fundae en coordinación con el SEPE.
- Cheque de capacitación digital en el transporte. Esta iniciativa del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, financiada también por fondos del PRTR, concede ayudas de 1.000 € por beneficiario para realizar cursos de al menos 150 horas en materias de digitalización aplicadas al transporte, la movilidad, la logística y las infraestructuras. Está dirigida a profesionales del sector, personas desempleadas y estudiantes; cuenta con una dotación inicial de 10,5 millones de euros y tiene como objetivo formar a más de 11.000 personas.
- Programas de comunidades autónomas. Cataluña y Madrid desarrollaronen 2024 programas de microcréditos de formación que proporcionaban ayudas de 600 € en unas condiciones similares al programa nacional. Recientemente, el Gobierno de las Islas Baleares ha puesto en marcha el programa piloto Cheque formación 2025–2027, con una dotación inicial de 1 millón de euros. Los importes subvencionados por curso oscilan entre 171 € y 772 €, para especialidades formativas estratégicas como electricidad, fontanería, climatización, eficiencia energética y prevención de riesgos laborales.
España cuenta ya con iniciativas concretas que, junto con el nuevo marco normativo de las cuentas individuales de formación, pueden consolidarse en un instrumento clave para garantizar que nadie quede atrás en la transición digital, verde y social del mercado de trabajo.
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