El avance de la pandemia del coronavirus ha provocado una situación excepcional con la que estamos lidiando a diario, tratando de afrontar sus desafíos. Esta realidad nos ha llevado a cambiar y a tener que adaptar nuestros hábitos a todos los niveles. Empresas, gobiernos, centros educativos y sanitarios e instituciones de todo el mundo, han tenido que ajustar su actividad y poner en marcha iniciativas, en muchos casos digitales y aprovechando la tecnología disponible, para continuar con su actividad.
Este uso generalizado de las herramientas digitales ha hecho posible que hayamos seguido trabajando, y que hayamos podido acceder a clases online y a todo tipo de ocio y entretenimiento. Sin embargo, el uso de estas herramientas entraña también algunos riesgos y ciberamenazas a las que no siempre prestamos la suficiente atención.
Mucho antes de que la pandemia del coronavirus se extendiera, los ciberataques dirigidos a empresas, personas, gobiernos u otras entidades, y las vulnerabilidades de un mundo hiperconectado ya eran una preocupación creciente a nivel global. Solo en 2018 hubo un 350% más de ataques de ransomware que el año anterior con más de 102.400 incidentes en España. Sigue leyendo